Camino de migas

Neumoconiosis

 

Las neumoconiosis son un grupo de enfermedades pulmonares intersticiales difusas causadas por la inhalación de polvos inorgánicos en concentraciones altas y, en su mayoría, relacionadas con la exposición laboral. Están producidas por el acúmulo de polvo inhalado en los pulmones y la reacción tisular que éste provoca.

 

Forman parte de un grupo muy amplio de enfermedades (más de 150), caracterizadas por la afectación del intersticio pulmonar, denominadas por ello “enfermedades pulmonares intersticiales difusas” (EPID) que en ocasiones plantean confusión diagnóstica entre sí; muchas son de causa desconocida (por ejemplo la sarcoidosis o la fibrosis pulmonar idiopática) y otras tienen una causa conocida, entre las que se encuentran las neumoconiosis.

 

Las neumoconiosis tienen un tiempo de latencia (intervalo desde que se produce la exposición y la manifestación de la enfermedad) variable y habitualmente prolongado y puede aparecer años después de haber cesado la exposición. Generalmente en las fases iniciales de la enfermedad no se producen síntomas llamativos; todo ello dificulta su reconocimiento y hace necesario mantener la vigilancia de los trabajadores expuestos a lo largo de toda su actividad laboral y después de haberla finalizado.

 

La denominación de los diferentes tipos de neumoconiosis se efectúa en función de la sustancia causante:

  • Silicosis: sílice cristalina (cuarzo, cristobalita, tridimita moganita, sistovita).
  • Caolinosis: caolín.
  • Talcosis: talco.
  • Asbestosis: asbesto.
  • Neumoconiosis de la mina del carbón: carbón y sílice cristalina.
  • Beriliosis: berilio.
  • Siderosis: hierro.

 

Hasta el momento, no se dispone de un tratamiento eficaz para las neumoconiosis, por lo que los esfuerzos asistenciales deben centrarse en los tres niveles de prevención.

 

El depósito de polvo en los pulmones puede originar cambios permanentes en el parénquima pulmonar. Aunque estas lesiones son diferentes y características según el tipo de mineral contenido en el polvo inhalado, habitualmente no se requiere el estudio histológico del pulmón para su diagnóstico, el cual suele estar basado en las alteraciones observadas en la radiografía de torax.