Test de ajuste EPR

 

La presencia de polvo inherente a diversos procesos, tanto en el campo de la minería como en el resto de sectores productivos, así como el contenido en cuarzo de ciertas materias primas manipuladas configuran, en ocasiones, un escenario de riesgo compatible con la generación de silicosis y otras enfermedades relacionadas con exposición a sílice cristalina respirable.

 

Como principio general, las medidas preventivas que se adopten en los puestos de trabajo han de anteponer la protección colectiva a la individual. Sin embargo, cuando la aplicación de estas medidas sobre los focos de polvo o sobre el polvo disperso en el ambiente no permitan eliminar el riesgo, existe la posibilidad de evitar que el contaminante alcance las vías respiratorias del trabajador mediante la utilización de equipos de protección respiratoria (EPR).

 

La selección de un equipo de protección respiratoria, además de requerir la adecuación de dicho equipo al riesgo a evitar, ha de considerar la idoneidad del mismo en el caso particular del individuo, comprobando para ello, y de manera efectiva, su eficacia mediante un test de ajuste. Las piezas faciales, como mascarillas autofiltrantes y medias máscaras, entre otras, basan su funcionamiento, en gran medida, en la adecuada estanqueidad entre la cara del usuario y el equipo, por lo que ésta ha de estar garantizada.

 

En el Instituto Nacional de Silicosis se dispone de los medios técnicos y humanos, así como una amplia experiencia en la realización de formación en el adecuado uso de EPR, mediante la realización de un test de ajuste cuantitativo.