Camino de migas

INFORMACIÓN EPIDEMIOLÓGICA

 

Las autoridades chinas identificaron, a principios del pasado mes de enero de 2020, un brote de casos de neumonía en la localidad de Wuhan, provincia de Hubei, para las que el agente causante era un nuevo tipo de virus, de la familia Coronaviridae. Dicho virus fue denominado SARS-CoV-2 y a la enfermedad infecciosa por él desencadenada se le asignó el nombre de COVID-19 (CoronaVirusDisease 2019).

La intensa propagación del virus fuera de las fronteras de China dio lugar a que, el día 11 de marzo, la OMS elevara la situación de emergencia de salud pública ocasionada por la COVID-19 al nivel de pandemia internacional. La rapidez con que el número de contagiados ha evolucionado y, por ende, el de fallecidos a escala nacional e internacional, ha hecho necesario adoptar medidas de gran calado por parte de numerosos países, entre ellos España, con el fin de atajar la inusitada transmisión del virus y el elevado número de ciudadanos afectados.

El Gobierno de España, en consonancia con la situación de crisis sanitaria generada por la COVID-19 y con el fin de proteger la salud y seguridad de los ciudadanos, contener la progresión de la enfermedad, ganar tiempo para reforzar el sistema de salud pública y, además, mitigar el impacto social y económico, decretó el estado de alarma. Dicha declaración se llevó a efecto con la promulgación del Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo, por el que se declara el estado de alarma, posteriormente modificado por el Real Decreto 465/2020, de 17 de marzo, el cual mantuvo su vigencia hasta las 00:00 h del pasado día 21 de junio de 2020.

Durante este tiempo, y de acuerdo con el citado real decreto, las competencias sobre la protección de la salud de los ciudadanos en general y de los trabajadores en su desempeño laboral recayó en el Ministro de Sanidad. En relación con esto, el Ministerio correspondiente publicó y mantiene actualizado el documento PROCEDIMIENTO DE ACTUACIÓN PARA LOS SERVICIOS DE PREVENCION DE RIESGOS LABORALES FRENTE A LA EXPOSICIÓN AL NUEVO CORONAVIRUS (SARS-CoV-2) de aplicación en todo el territorio nacional.

La publicación del Real Decreto-ley 21/2020, de 9 de junio, de medidas urgentes de prevención, contención y coordinación para hacer frente a la crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19 estableció el calendario para la finalización del citado estado de alarma y las medidas a observar durante la situación de nueva normalidad, entre otras, en los centros de trabajo. Además, habrán de aplicarse también las medidas recogidas a tal fin en las correspondientes publicaciones de cada comunidad autónoma, las cuales se mantienen en constante actualización.

De acuerdo con su redacción habrán de adoptarse las medidas necesarias para evitar la generación de riesgos de propagación de la enfermedad COVID-19, entre los que destacan para los centros de trabajo medidas de tipo organizativo, higiénico y de mantenimiento de una distancia de seguridad interpersonal mínima de 1,5 metros entre los trabajadores. Incluye también la descripción de las acciones a realizar por las personas que presenten síntomas compatibles con la enfermedad, personas diagnosticadas, así como aquellas que hayan tenido contacto estrecho con alguna persona diagnosticada. Todo ello sin perjucio del cumplimiento de la normativa de prevención de riesgos laborales y del resto de normativa laboral que resulte de aplicación.
 

El virus - Transmisión entre humanos

Los coronavirus son una familia de virus que causan infección en los seres humanos y en una gran variedad de animales, incluyendo aves y mamíferos como camellos, gatos y murciélagos. La enfermedad puede transmitirse de animales a humanos, produciendo cuadros clínicos que van desde el resfriado común hasta otros más graves como los producidos por el Síndrome Respiratorio Agudo Grave (SARS, por sus siglas en inglés) o el del Síndrome Respiratorio de Oriente Medio (MERS).

Para ampliar esta información se recomienda consultar el documento INFORMACIÓN CIENTÍFICA-TÉCNICA Enfermedad por coronavirus, COVID-19 publicada por el Ministerio de Sanidad.
 

Vía aérea

La fuente primaria más probable de la enfermedad producida por el SARS-CoV-2 es de origen animal. La vía de transmisión entre humanos se considera similar a la descrita para otros coronavirus a través de las secreciones de personas infectadas, principalmente por contacto directo con gotas respiratorias de un tamaño, en principio, de más de 5 micras, capaces de transmitirse a distancias de hasta 2 metros.

Recientemente se ha demostrado, en condiciones experimentales, la viabilidad de permanencia del SARS-CoV-2 durante tres horas en aerosoles, con una semivida media de 1,1 horas (IC 95% 0,64-2,64).

A medida que se propaga la enfermedad se van conociendo mas aspectos acerca de la dinámica de propagación del virus y así, se ha llegado a suponer como posible la transmisión no sólo mediante gotas, sino también mediante aerosoles (micro gotas de menos de 5 micras) en las que se transporta el virus, con tamaños en el entorno de 100-120 nanómetros (0,10 - 0,12 micras), lo cual resulta relevante en cuanto a selección de medidas de protección eficaces, como es el caso de las mascarillas o semimáscaras filtrantes.

 

Contacto con superficies

Otra fuente de transmisión son las manos o los fómites contaminados con secreciones y el posterior contacto con las mucosas de boca, nariz u ojos.

A este respecto se han descrito permanencias de SARS-CoV-2 de 3 horas sobre papel, 4 horas sobre cobre, 24 horas sobre cartón, 1 a 2 días sobre madera, ropa o vidrio y más de 48 horas sobre acero inoxidable, plástico, dinero y mascarillas quirúrgicas.
 

Sintomatología y evolución clínica

Los síntomas de la enfermedad, ordenados de mayor a menor frecuencia de presentación, son:

  • Fiebre

  • Tos seca

  • Astenia (debilidad o fatiga general)

  • Expectoración

  • Disnea (dificultad respiratoria)

  • Dolor de garganta

  • Cefalea

  • Mialgia o artralgia

  • Escalofríos

  • Además de vómitos, diarrea y otros síntomas respiratorios

Estos varían entre individuos pudiendo existir personas infectadas que no presenten síntomas (asintomáticos), o los presenten de forma leve de manera que se confundan con los propios de gripe o resfriado.

Como sucede con la gripe, los síntomas más graves se dan en personas mayores y en sujetos inmunodeprimidos y con enfermedades crónicas como la diabetes, algunos tipos de cáncer o afecciones pulmonares.

Actualmente no existe un tratamiento específico frente a la COVID-19, por lo que la mejor forma de prevenir la enfermedad es evitar la exposición al virus. Sin embargo, se recomiendan adoptar medidas preventivas cotidianas para ayudar a prevenir la propagación de enfermedades respiratorias, las cuales son publicadas y actualizadas periódicamente por el Ministerio de Sanidad y que es posible consultar en su página web: https://www.mscbs.gob.es/home.htm

 

Duración de la incubación y la enfermedad

El periodo de incubación mediano de la enfermedad es de 5-6 días, con un rango de 1 a 14 días, desarrollándose el 97,5 % de los casos sintomáticos en los 11,5 días tras la exposición. El tiempo medio desde el inicio de los síntomas hasta la recuperación es de 2 semanas cuando la enfermedad ha sido leve y 3-6 semanas cuando ha sido grave o crítica. El tiempo entre el inicio de síntomas hasta la instauración de síntomas graves, cuando aparecen, suele ser de 1 semana, y de 2-8 semanas hasta que se produce el fallecimiento.

 

Inactivación de SARS-CoV-2

Entre las acciones para su erradicación se encuentra el refuerzo de las medidas de higiene personal en todos los ámbitos cotidianos y de trabajo frente a la exposición.

De forma general se recomiendan las siguientes medidas:

  • Distancia social. Mantener 2 metros de distancia interpersonal.

  • Higiene de manos reiterada, con uso de soluciones hidroalcohólicas y jabones antisépticos.

  • Evitar el contacto de las manos con boca, nariz y ojos.

  • Evitar compartir utensilios o herramientas entre personas.

  • Mantener etiqueta respiratoria, cubriendo la boca y nariz al toser o estornudar con el pliegue interior del codo o con pañuelos desechables, para no contaminar las manos.

  • Evitar aglomeraciones de personas.

  • Uso de mascarillas quirúrgicas o de protección, según el caso.

  • Desinfección de superficies. Se ha observado que resulta efectiva la desinfección de superficies utilizando lejía casera en concentraciones de 1:49 y 1:99 y etanol 70%.


 

Actualizado 10/08/2020