Nanopartículas
El uso creciente de nuevos materiales en las aplicaciones industriales ha propiciado el incremento de los riesgos a los cuales tanto trabajadores como población se encuentran expuestos. Entre ellos, la inhalación de nanopartículas supone uno de los retos de futuro en la prevención de enfermedades respiratorias, dada su gran variedad y la diversidad de las fuentes generadoras. Sus efectos sobre la salud son diversos.
El comportamiento de las partículas sigue un patrón definido. Conforme disminuye su tamaño, aumenta el área superficial específica y por tanto su reactividad. Debido al aumento de esta, las partículas de tamaño nanométrico pueden ocasionar en el organismo efectos adversos para la salud diferentes a los ocasionados por las partículas de tamaño no nano a igual composición química, ya que pueden interaccionar en el organismo de forma diferente. (fuente: INSST)
Aunque los mecanismos de toxicidad no están suficientemente estudiados para la mayoría de los nanomateriales, los efectos adversos más importantes observados en estudios in-vivo, realizados en animales y a altas dosis, se manifiestan en los pulmones e incluyen, entre otros, inflamación, daños en los tejidos, fibrosis y generación de tumores. Asimismo, se han descrito también efectos en el sistema cardiovascular.
Algunos nanomateriales, entre los que se encuentran el negro de humo y el dióxido de titanio, han sido clasificados como “posiblemente carcinógenos para los seres humanos” (grupo 2B) por la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC) en base a los estudios realizados con animales.
Se ha demostrado que los nanotubos de carbono, de longitud, diámetro y biopersistencia comparables a los del amianto, pueden inducir efectos similares a los que produce éste, con reacciones inflamatorias y fibróticas. (fuente: INSST)
El INS cuenta con diversa tecnología y experiencia con la que realiza estudios de exposición a nanopartículas que incluyen la medición de su número, superficie, captación e identificación.